Oración de la noche del 12 de Mayo – Señor acuérdate de mis buenos actos

Oración de la noche del 12 de Mayo – Señor acuérdate de mis buenos actos

Querido Señor, en esta noche del 12 de Mayo, te elevo mi voz para pedirte que recuerdes mis buenos actos a lo largo de este día. Sé que soy imperfecto y que muchas veces me equivoco, pero también sé que trato de hacer el bien y de ser una persona justa.

Índice
  1. Los buenos actos que hice hoy
  2. Buscando la guía de Dios
  3. Continuando en el camino del bien

Los buenos actos que hice hoy

  • Intenté ser comprensivo con aquellos que me rodean.
  • Traté de escuchar con atención a quienes necesitan desahogarse.
  • Brindé una sonrisa y un abrazo a aquellos que lo necesitan.
  • Fui responsable en mis obligaciones.
  • Fui honesto en mis relaciones.
  • Fui generoso con aquellos que me necesitan.

Señor, en esta noche te pido que no olvides estos pequeños gestos que he hecho en pos del bienestar de los demás. No te pido reconocimiento público ni alabanzas, sino solamente que los tengas presentes y que me ayudes a seguir creciendo como persona.

Buscando la guía de Dios

Sé que no siempre es fácil hacer el bien, que muchas veces la tentación de actuar de manera egoísta o egoísta puede ser fuerte. Pero también sé que en tu amor y en tu misericordia, encuentro la fuerza y la guía para seguir por el camino correcto.

Te pido, Señor, que me des la sabiduría necesaria para discernir entre lo que está bien y lo que está mal, y que me des la fortaleza para actuar de acuerdo a tus enseñanzas y principios.

Continuando en el camino del bien

Quiero seguir siendo una persona de bien, una persona que siembra amor y bondad en su camino. Ayúdame a mantenerme firme en mi propósito y a aprender de mis errores para poder mejorar cada día un poco más.

Encomiendo mi vida y mis acciones a tus manos, Señor. Confío en tu infinita misericordia y en tu amor incondicional. Bendice mi camino y permíteme ser instrumento de tu paz y tu amor en este mundo.

Amén.

Si te ha gustado esta oración, te invito a meditar sobre tus acciones diarias y a elevar tus peticiones a Dios. Recuerda que el bien siempre está en nuestras manos y que, a través de su guía y misericordia, podemos ser instrumentos para llevar amor y paz a aquellos que nos rodean. ¡No dejes de hacer el bien!

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